jueves, 15 de diciembre de 2016

Crónica de la feria de Minos (microcuento)


       

 
        En tarde templada de sol, ante público frío y ausente, se lidió toro de la ganadería del Rey Minos, de nombre Minotauro, 650 kilos, buen trapío, mandón, corniveleto y negro bragado, de fiero embestir y arteras mañas en la acometida.

         Tomaba la alternativa el joven Teseo, novel espada del reino de Atenas, ducho en verónicas y pases largos de la escuela cretense, corajudo aunque de escasa maestría técnica.

         Comenzada la faena, no apuntaba bien el tercio de varas, pues Minotauro cabeceaba a derechas y el joven Teseo no acertaba a arrimarse sin darse de espaldas con las paredes del laberinto. Mal el picador, que falleció desventrado por el toro, entre la excitación de un público tibio que comenzaba a animarse al ver sangre.

         En las gradas, Ariadna, veintidós años, rubia trigueña, hija del rey ganadero, daba alas a su amado arrojándole un hilo rojo, para que siguiera su cuerda y pudiera salir del coso.

         Pitos y palmas en la suerte de capote y buena resolución del ateniense con la capa, con costaldinas, tafallera, y pases de costadillo de un joven Teseo muy esforzado y voluntarioso durante toda la corrida. Aplausos del respetable.

         Discretos los subalternos en la suerte de banderillas. Altas el primer par y poco firmes el segundo. El Minotauro agarró a los dos banderilleros con cornadas a la rebañada, enviándolos a la enfermería.

         En la suerte de muleta, gran empeño final de Teseo, sufriendo una cogida sin consecuencias y rehaciéndose bien con manoletinas y por revoleras, cansando lentamente a un toro que, abochornado, ya buscaba al final las tablas en resuello, acabándolo el novillero con el estoque en dos intentos, que la piel era dura, rematando al descabello, firme y con el público de su lado.       

         Sin hacer grandes alardes, triunfo al fin del de Atenas, al que ya apodan el Niño del Peloponeso, entregada la plaza, tras años de tragedia con el Minotauro destripando espadas.

Vítores y salida a hombros por la principal.

         El hijo de Egeo cortó sus dos primeras orejas y también el rabo (el de atrás).

(Eugenio SArt . Todos los derechos reservados. Reproducir con permiso del autor)

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